Maria Eugenia Garcia

Maria Eugenia Garcia, born on November 5, 1959, in Oaxaca, Mexico, passed away peacefully on January 2, 2025, in Fontana. A devoted mother, loving wife, and cherished friend, Maria exemplified a life of resilience and unwavering determination.

Throughout her career, Maria was known for her tireless work ethic. From the moment she arrived in the United States, she embraced various jobs with enthusiasm, always volunteering for any opportunity that came her way, even after enduring an amputation. Her dedication to her work mirrored her commitment to her family, as she carried that same spirit into her home life.

Family was the cornerstone of Maria's existence. She cherished time spent with her loved ones, often hosting spirited game nights filled with laughter and competition. Music was the heartbeat of these gatherings; whether she was dancing to Sonora Dinamita or engaging in lively conversation while cooking, her joy was infectious. Her love for storytelling and chisme brought warmth and connection to her family, creating an atmosphere of comfort and togetherness.

Maria's personality shone brightly; she was a fierce go-getter, who relentlessly pursued her goals. Described by many as humble, wise, and knowledgeable, she possessed an unparalleled cheerfulness. Her laughter could light up a room, evoking fond identification from those around her: “Oh, there’s Mom!” Her humor and vibrant spirit made her the life of the party, leaving behind cherished memories that her family will hold dear forever.

Among her passions, thrifting held a special place in Maria's heart. Following every appointment, a visit to the thrift store was a joyful ritual. She was also adept at sewing, knitting, and solving word searches, often transforming what seemed to be unusable into treasured pieces once more. Playing loteria was another beloved pastime that brought her family together.

Maria's proudest accomplishments were deeply intertwined with her family. She and her husband, Heriberto Garcia, were thrilled to embark on the journey of building their dream home together, an endeavor that filled them with joy and satisfaction. Maria's triumph in her own recovery post-amputation was a testament to her strong character and perseverance. However, her greatest joy stemmed from the pride she felt for her children, whom she loved unconditionally.

Together with her husband, Maria also established a successful taco business, which allowed them to share their passion for food with others. This venture was not only a professional achievement but a manifestation of her love for community and connection through culinary delights.

Maria leaves behind her beloved husband, Heriberto Garcia, along with her children: Hugo Gomez (son) and Angelica Garcia (daughter-in-law), Marilu Gomez (daughter), Manuel Delgadillo (son), Katrina Rose (daughter-in-law), Ricardo Garcia (son), Cynthia Delgadillo (daughter-in-law), and Anagiselle Garcia (daughter) and Elijah Zavala (son-in-law). She was a proud grandmother to Renee Gomez, Rebecca Gomez, Eric Gomez, Elias Garcia, Annalee Delgadillo, Alan Trujillo, Anthony Trujillo, Brianna Delgadillo, Emilio Garcia, Brellia Rose, Braxton Rose, Santiago Garcia, Manuel Delgadillo Jr., Ramses Castillo, and Nate Gomez. Maria is also survived by her father-in-law Tomas Garcia Alarez, sisters Violeta Gomez Morua, Juana Gomez Morua, and Carmen Gomez Morua, as well as many other family members who loved her dearly.

Maria is preceded in death by her father, Santiago Hernandez; mother, Fidelina Ruiz; mother Carmen Morua Palomares de Gomez; mother-in-law Maria Salud Guzman Padron; sister Rosalinda Gomez Morua; brother-in-law Alfredo Garcia Guzman; sister-in-law Maria de Carmen Garcia Guzman; and grandson Cyrus Delgadillo.

Maria Eugenia Garcia's life was a testament to the power of love, family, and community. She will be profoundly missed but remembered fondly for her strength, laughter, and the boundless joy she brought to those around her.

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María Eugenia García, nacida el 5 de noviembre de 1959 en Oaxaca, México, falleció pacíficamente el 2 de enero de 2025 en Fontana. María, una madre devota, una esposa amorosa y una amiga querida, ejemplificó una vida de resiliencia y determinación inquebrantable.

A lo largo de su carrera, María fue conocida por su incansable ética de trabajo. Desde el momento en que llegó a Estados Unidos, abrazó con entusiasmo diversos trabajos, siempre ofreciéndose como voluntaria para cualquier oportunidad que se le presentara, incluso después de sufrir una amputación. Su dedicación a su trabajo reflejó su compromiso con su familia, ya que llevó ese mismo espíritu a su vida hogareña.

La familia era la piedra angular de la existencia de María. Apreciaba el tiempo que pasaba con sus seres queridos y, a menudo, organizaba animadas noches de juegos llenas de risas y competencia. La música era el latido de estas reuniones; ya sea que estuviera bailando Sonora Dinamita o conversando animadamente mientras cocinaba, su alegría era contagiosa. Su amor por contar historias y chisme trajo calidez y conexión a su familia, creando una atmósfera de comodidad y unión.

La personalidad de María brillaba intensamente; era una emprendedora feroz que perseguía implacablemente sus objetivos. Descrita por muchos como humilde, sabia y conocedora, poseía una alegría incomparable. Su risa podría iluminar una habitación, evocando una afectuosa identificación por parte de quienes la rodean: “¡Oh, ahí está mamá!” Su humor y espíritu vibrante la convirtieron en el alma de la fiesta, dejando atrás recuerdos preciados que su familia apreciará para siempre.

Entre sus pasiones, el ahorro ocupaba un lugar especial en el corazón de María. Después de cada cita, la visita a la tienda de segunda mano era un ritual alegre. También era experta en coser, tejer y resolver sopas de letras, transformando a menudo lo que parecía inservible en piezas preciadas una vez más. Jugar a la lotería era otro pasatiempo querido que unía a su familia.

Los logros de los que María se enorgullecía estaban profundamente entrelazados con los de su familia. Ella y su esposo, Heriberto García, estaban emocionados de embarcarse en el viaje de construir juntos la casa de sus sueños, un esfuerzo que los llenó de alegría y satisfacción. El triunfo de María en su propia recuperación después de la amputación fue un testimonio de su fuerte carácter y perseverancia. Sin embargo, su mayor alegría provenía del orgullo que sentía por sus hijos, a quienes amaba incondicionalmente.

Junto con su esposo, María también estableció un exitoso negocio de tacos, lo que les permitió compartir su pasión por la comida con los demás. Esta empresa no fue solo un logro profesional sino una manifestación de su amor por la comunidad y la conexión a través de delicias culinarias

María deja atrás a su amado esposo, Heriberto García, junto con sus hijos: Hugo Gómez (hijo) y Angélica García (nuera), Marilú Gómez (hija), Manuel Delgadillo (hijo), Katrina Rose (nuera). ley), Ricardo García (hijo), Cynthia Delgadillo (nuera), y Anagiselle García (hija) y Elías Zavala (yerno). Era una abuela orgullosa de Renee Gomez, Rebecca Gomez, Eric Gomez, Elias García, Annalee Delgadillo, Alan Trujillo, Anthony Trujillo, Brianna Delgadillo, Emilio García, Brellia Rose, Braxton Rose, Santiago García, Manuel Delgadillo Jr., Ramses Castillo, y Nate Gómez. A María también le sobreviven su suegro Tomás García Alárez, sus hermanas Violeta Gómez Morúa, Juana Gómez Morúa y Carmen Gómez Morúa, así como muchos otros miembros de la familia que la amaban entrañablemente.

A María le precedieron en la muerte su padre, Santiago Hernández; madre, Fidelina Ruiz; madre Carmen Morúa Palomares de Gómez; suegra María Salud Guzmán Padrón; hermana Rosalinda Gómez Morúa; cuñado Alfredo García Guzmán; cuñada María de Carmen García Guzmán; y nieto Ciro Delgadillo.

La vida de María Eugenia García fue un testimonio del poder del amor, la familia y la comunidad. La extrañaremos profundamente, pero la recordaremos con cariño por su fuerza, su risa y la alegría ilimitada que trajo a quienes la rodeaban.